domingo, 30 de junio de 2013

You can't buy happiness, but you can buy chocolate, and that's kind of the same thing





Todos tenemos días buenos y malos. Hay días que nos sentimos inmensamente felices y pensamos que nada podría ser más perfecto, pero hay otro días que sentimos que la suerte no está de nuestro lado y sólo nos provoca estar echados en nuestra cama. ¿El motivo?, estar a punto de jalar por 2da vez un curso (la tan temida "trica" parece inevitable), tener problemas en la chamba con nuestro jefe, haber terminado o peleado recientemente con nuestro enamorad@, encontrarnos la primera cana y que en la calle un niño nos llame “señora” cuando sólo tenemos 23 años, etc., etc., etc.

Y seamos sinceros, ¿qué nos provoca en estos momentos? No, no es una barra de cereal ni mucho menos una ensalada de frutas. Nuestro cuerpo pide a gritos: ¡¡Chocolate!! ¡¡Dulces!! ¡¡Azúcar!!

En ese instante creemos que la vida no puede ser más injusta con nosotros, habíamos decidido hace poco empezar a comer mejor (plan bikini 2013), ya hasta nos habíamos acostumbrado a las frutas, lácteos descremados y verduras…pero lo que más deseamos en esos momentos es una rica ¡¡torta de chocolate!! Creemos entonces que el esfuerzo fue en vano, que recuperaremos todo el peso perdido si la comemos.

Créanlo o no, esto es completamente entendible. El chocolate y dulces en general debido a su composición nos brindan la sensación de bienestar y felicidad, por este motivo nuestro cuerpo los pide a gritos en situaciones en que estamos desanimados o deprimidos.

Yo realmente no creo que una persona debe tratar de seguir "la dieta" al 100% en estas situaciones. Siempre les he dicho a mis pacientes que si en algún momento pasan por estos episodios coman esa torta de chocolate, esos dulces, esos waffles sin ninguna culpa o preocupación. Eso sí, les recuerdo 2 cosas:
1. Tomar sólo un día sabático (no un fin de semana entero ni mucho menos 1 semana) y al día siguiente seguir el plan sano de alimentación que habían elegido.
2. Controlar las porciones, es decir, hay una diferencia muy grande entre comer una porción de torta de chocolate y algunos caramelos, a comer ¡1 caja de besos de moza entera!

Es importante aclarar que me estoy refiriendo a episodios raros en que nos sentimos tristes y podemos darnos estas licencias o gustitos. Si estos episodios se dan por ejemplo 1 vez por semana, salirnos de "la dieta" todos esos días sí afectaría el cumplimiento de nuestras metas. Si en caso te sientes triste o preocupada con mucha frecuencia debes buscar la forma de canalizar esa energía negativa para que no afecte tu estado de ánimo y hacer mucho ejercicio (realizar actividad física nos desestresa y pone más felices).

Creo q no existe ninguna persona (me incluyo) que no haya tenido un día muy muy muy malo…y lo que menos necesitamos en esos momentos es sentirnos peor todavía por la culpa de comer algo que está fuera de nuestra "dieta". Así que si estás pasando por un momento triste, date el gusto de comer lo que te provoca sin culpa pero recuerda que el día siguiente es un día nuevo y eres tú quien decide si será un día malo o un día bueno lleno de sonrisas.

¡Que tengan una linda semana!

Pd: la foto es de unos chocolates que comí en uno de esos días malos, vale aclarar que no me comí todos, sólo algunos :)

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